miércoles, 4 de marzo de 2009

Mi vida también es puro teatro



Desde que tengo uso de razón me gusta el teatro, de chikita me llamaba la atención el vestuario de los actores, sus voces, las luces, el telón y esos timbres que sonaban antes de empezar la función (de más grande aprendí que son las 3 llamadas para empezar la obra). Ahora me gusta por eso y más. Ahora que ya tengo la oportunidad de empezar a hacerlo, siento muchísimo más que emoción. No pensé que meterme en este mundo me haría más sensible hacia la vida y diferentes situaciones.


Según su etimología griega el teatro es el lugar para ver . En este tiempo he visto representadas varias obras que me han tocado, que me han dejado pensando, que me han emocionado hasta las lágrimas, y lo más lindo es que me han hecho sentir viva al verme identificada con los personajes.



Siempre pensé en qué se podía "inspirar" el actor cuando estaba en su acción; cómo podían concentrarse con un texto casi ajeno; como podían llorar, reir o transmitirnos todos esos sentimientos tan humanos que sólo salen en situaciones reales.




El año pasado decidí nutrir mi poca experiencia en la actuación (sólo hice impro un año) y fue así que entendí que varias técnicas ayudan al actor a conseguir su acción en escena y a concentrarse. En ese camino fue como se formó el grupo de teatro Pallqa (11 jóvenes de los talleres del TUC) que junto a la directora dimos inicio a una experiencia maravillosa en la que estamos descubriendo como manejar nuestro cuerpo, emociones y a nunca olvidar nuestra acción en escena.


En esta nueva aventura de embarcarnos a hacer una obra de teatro, que es muchísimo más que saber tus lineas y saber donde pararte; hay que tener en cuenta pedir permiso a los autores de la obra, conseguir director, saber tu acción analizando texto, buscar teatro, ver la luces, indumentos, maquillaje, vestuario, impresión de afiches, programas de mano, difusión, etc. fue como me motivé para seguir en esto.


Estaba en el ensayo de una de mis últimas escenas de una obra próxima a estrenarse. De pronto me vi sumergida en una experiencia pasada, me vi actuando algo que me había sucedido con la misma acción e intención que en la vida real. Mi texto se volvía cada vez más real, cada vez tenía más verdad, cada nueva pasada era más mio, era parte de mi pasado, de mi vida, de mis rollos y de la vida misma. De pronto Marcela (el personaje que interpreto) era una Pamela reclamando no a Paul (otro personaje) sino a una resbalosa que deje en paz a su flaco; de pronto yo le reclamaba a Miguel (mi marido en la obra) que volvamos a empezar, que la familia valía mucho y que los tres seríamos felices. Era demasiado, todo el texto me movía, me hacía pensar, me hacía recordar, me traía escalofríos. Eran experiencias pasadas que salían a flote, era yo pidiendo cosas para mí, para mi familia, para mi vida. Llegué a mi casa llorando, fue demasiado intenso, desde que salí de escena me sentía caliente, estaba muy despierta y atenta, estaba con euforía o adrenalina, es evidente que mi cuerpo, mi cabeza y mi corazón habían reaccionado.




Así fue como descubrí una manera de expresar de los actores, era mi memoria emocional. Y fue así como me fui enamorando del teatro, porque puedo repetir mis recuerdos aún tratando controlar mi cuerpo , me enamoro cuando tengo que hacer de una persona diferente, me enamoro cuando puedo decirle a otro personaje lo que yo nunca diría, me enamoro porque puedo ser frágil o fuerte, me enamoro porque rio y lloro, me enamoro porque puedo jugar con emociones y me enamoro porque puedo dejar a alguien pensando después de ver una obra.



El sábado 21 de marzo a las 4:oo pm en el teatro Mocha Graña, se estrena "¿Quieres estar conmigo?" obra peruana de Roberto Ángeles y Augusto Cabada, dirigida por Marbe Marticorena. Me encantaría verlos y que se den un chance en sentir y mirar dentro suyo, que se sientan identificados con un personaje y me cuenten todo! los espero!